Spinetta murió hace 9 años, víctima de un cáncer de pulmón. Desde Escenario Show hicimos este artículo para celebrarlo y recordarlo.
Hace nueve años se nos escapaba de este mundo Luis Alberto Spinetta, o el Flaco, como lo conocimos en Argentina. El que supo poner sonido al complejo mundo palabrático de escritores, psicólogos, filósofos, artistas y soñadores de generaciones tan lejanas como en constante conexión con el presente.
Como todo fumador compulsivo, jugó con la parca un partido del que muy pocos salen ganando. Un cáncer de pulmón le puso fin a su existencia física, convirtiéndolo en pura memoria. Por suerte, el Flaco supo anticiparse a la muerte, dejando en su legado musical la llave para revivirlo.
El joven Luis
Alberto Spinetta nació el 23 de enero de 1950 en la zona porteña de Bajo Belgrano, en el seno de una familia de clase media. Influenciado desde pequeño por la vocación artística de su padre, cantor de tango aficionado, y de sus tíos pertenecientes al ambiente musical, el joven Luis se inició en la música muy precoz, primero como compositor, y luego como instrumentista.
Tanto fue su talento autodidacta, que escribió uno de sus temas más conocidos a los 15 años, cuando sintiéndose tan arraigado a la música, se creyó capaz de fusionarse con ella y «volverse canción… barro tal vez«.
En 1964 tuvo lugar su debut artístico en un concurso televisivo del programa Escala Musical del Canal 13, en el que obtuvo el segundo lugar, y un patrimonio suficiente como para comprar un álbum de The Beatles que anhelaba hacía rato: Beatles for sale. Para ese momento ya existía Almendra, la primera banda musical que Spinetta compuso con sus ex compañeros de colegio secundario.
Detrás de Almendra vinieron Pescado Rabioso, Invisible, Spinetta Jade y Spinetta y los Socios del Desierto, además de sus composiciones solistas y varias colaboraciones.
Artaud para ¿millones?
Digamos la verdad: Spinetta no es para cualquiera. Su obra está tan atravesada por la influencia de pensadores, ideólogos y artistas que se lo ha acusado más de una vez de abundar en una complejidad redundante e inalcanzable. Luis logró hacer de esto una característica tan vibrante como capaz de tocar a las futuras generaciones de rockeros argentinos.
Por eso Spinetta fue – y es- un sello en el ambiente musical de nuestro país. Después de él, el rock nacional entendió que no se trataba sólo de llevar a Rimbaud a la composición musical, debía hacerse con una prolijidad intachable; el rock no tenía necesidad de hablar únicamente de vicios mundanos y excesos, sino que podía -y debía- ser una herramienta más para la mímesis de una sociedad tan violenta como anestesiada.
No obstante, esa pulcritud lo llevó a tener ciertos roces con Charly García en el proyecto de álbum llamado Cómo conseguir chicas, del que quedó Rezo por vos, una especie de himno del rock de nuestro país. Tuvo un poco más de feeling con Fito Páez, con quien editó La la la, Ciudad de pobres corazones y Téster de violencia.
Sin brújula y sin radio
En 2011 el diario de espectáculos Muy publicó en su tapa un titular: «El flaco Spinetta está muy grave». Allí se supo que padecía cáncer en estado avanzado. Posteriormente, el mismo músico emitió un comunicado en el que dijo tener cáncer de pulmón.
El 8 de febrero de 2012 murió en su casa, rodeado de sus cuatro hijos, tras una intervención de urgencia de la que no pudo recuperarse.
Fue velado en el barrio de Belgrano, en una ceremonia de la cual participaron varios músicos del ambiente como Ricardo Mollo, Charly, Fito, Juanse, León Gieco y más. Posteriormente, trasladaron sus restos a un cementerio privado de Pilar, atravesando una gran columna de fanáticos deseosos de darle el último adiós a flaco. Allí lo cremaron. Finalmente, sus cenizas fueron esparcidas en el Río de la Plata.
Hoy elegimos recordarlo celebrando sus más de 40 años en la música y le deseamos una hermosa estadía en el Jardín de los Presentes.
Te dejamos un video donde Alberto Spinetta habla sobre como hizo «Muchacha ojos de papel» su icónico tema.